Cart

Es evidente que cada región del Mediterráneo tiene su encanto. Las costas de Italia, Turquía o Grecia poseen un paisaje propio, con un agua y una arena diferente. Lo mismo sucede en España, y más concretamente en la Islas Baleares. El archipiélago que forman Menorca, Mallorca, Ibiza, Formentera y Cabrera es único.  Las postales que dejan cada una de las islas son preciosas, y es todavía más especial poder visitarlas.

Si hacemos un ránking de popularidad, hay pocas dudas de que Ibiza sería la más conocida a nivel mundial. La seguiría Mallorca, la más amplia en superficie. Ambas reciben la mayor parte de turistas extranjeros. Formentera, a pesar de ser pequeña en comparación al resto, se ha ganado una gran reputación, especialmente para los aficionados a la navegación ya que es la única forma de llegar. Cabrera es la gran desconocida.

Sin embargo, si hay una isla que reúna lo mejor de cada una de de sus ‘hermanas’, esa es Menorca. Se trata de un lugar con playas y calas vírgenes de agua turquesa, que mantienen su encanto y están lejos de las imágenes de masificación que se pueden ver en otras costas de España. Incluso a muchas de ellas hay que llegar caminando ya que no hay acceso para vehículos.

Cuenta con dos biomas diferentes, bien diferenciados en el norte y sur de la isla. Si tu decisión es ir a una de las calas más altas, te encontrarás un paisaje rocoso, de arena más oscura y aguas de un azul intenso. Si tu decisión es bajar al sur, conocerás las calas más famosas del lugar, de un agua clara, turquesa en muchos puntos, y una arena blanca. En ambos lados, una marea tranquila en la que relajarte con amigos o familia.

Macarella, Mitjana o Turqueta son algunas de las playas que encontrarás en los ránkings de mejores de España. Sin duda, paraísos en la tierra. Sin embargo, hay otras menos conocidas, con el mismo encanto y que merecen ser visitadas. Cavalleria, con una estampa prácticamente naranja por sus montañas de barro; Binisafua, donde las rocas y el mar se mezclan a la perfección; o Cala Tortuga, en el que se juntan el azul del agua y el verde de la vegetación. Y la mejor forma de visitar todas ellas es en barco. 

Y por si fuera poco, Menorca también cuenta con ocio. Es un lugar perfecto para ir con la familia, en pareja o con amigos, ya que podrás disfrutar de sus costas durante el día y divertirte por la noche. Mahón es una ciudad con historia y posee uno de los puertos más bonitos del Mediterráneo. Ciudadela cuenta con bonitas plazas y gran variedad de bares y restaurantes. Además, cada fin de semana durante el verano un pueblo diferente te abrirá sus puertas para vivir las fiestas populares, con su característico jaleo de caballos.

Aunque no es la más conocida, Menorca lo tiene todo. Conozco a decenas de personas que han ido y han quedado enamorados, con la idea de repetir. Algunos, incluso, se han quedado a vivir. No dejes pasar la oportunidad de conocer la joya más bonita del Mediterráneo.